A la memoria de Roberto Gil, capitán del Valencia Club de Fútbol.
Amanecen los periódicos de Valenciastán con fotos realizadas hace cincuenta y cinco años que hoy vuelven a ser portada. A eso se llama trascender, convertirse con el paso del tiempo en brújula nada impostada a la que cada cierto tiempo asomarse para no perder el norte.
Roberto Gil, capitán del Valencia, alza la Copa orgulloso y su mirada grita aquí la tenéis, os lo dije, me lo dije.
Compromiso y carisma de un capitán que nunca se quitó el brazalete ni necesitó entrar en nómina de los embajadores oficiales del club para ejercer como tal mejor que ninguno.
Militancia contundente, firme y elegante. Concesiones las justas. Se trataba de honrar al Valencia siendo consciente de la responsabilidad que le correspondía. Nunca dejar de ejercer porque nunca dejas de ser parte. Las historia ya está escrita. Con fotos eternas al lado.
Es desolador ser conscientes de cómo nos estamos quedando sin referentes históricos del club, de cómo se nos van apagando. Pero es muchísimo más desolador, ellos ya cumplieron y con nosotros para siempre quedan, que llevemos años sin crearlos ni hacer nada por intentarlo.
Ojalá en los periódicos de mañana, dentro de cincuenta años, siga habiendo un lugar en las portada para la foto de algún jugador de los que nuestros hijos coleccionan hoy en sus cromos. Será señal de que la brújula no se ha parado y el viaje de nuestro Valencia Club de fútbol continúa.
Hasta siempre, capitán.