Había quedado con Rafa el pasado 31 de septiembre en el Bar Los Checas pero el día anterior ambos caímos en la imposibilidad de la cita, septiembre tiene solo 30 días, por lo que decidimos quedar en otra fecha y lugar que no tiene importancia, como nosotros mismos y esta entrevista de once preguntas.
De Cheaustrohúngaro a Bronconoruego:
1-Crees que en el éxito y rápida expansión del fenómeno Noruega ha influido que ya no exista el Semáforo de Europa en la entrada norte de Valencia?
Por supuesto. El semáforo de Europa impidió durante años que la Ilustración triunfara en la ciudad de Valencia. Hay momias disecadas en los alrededores de la avenida de Catalunya, víctimas de aquellos tiempos. Y me gusta que me haga esta pregunta porque casi nadie, excepto usted y yo, recordamos lo que fue el semáforo de Europa y lo que significó en nuestras vidas. De hecho, ese es el gran libro que me gustaría escribir, El semáforo de Europa.
2-Cuál es tu lugar favorito de la Valencia actual y de la Valencia ya desparecida de Noruega?
De la Valencia actual lo que más me gusta es la playa de Mislata. Soy muy feliz cuando paso en vespa por Nuevo Centro y ya noto la brisa del mar. Después me gusta mucho sentarme en las terrazas de la plaza del Sainetista Arniches. Se ve una perspectiva insólita del puerto de Mislata, que es como el de Catarroja, pero más sofisticado. Los atardeceres adquieren una nobleza maravillosa. Nos quejamos mucho de La Meseta, pero hay que reconocer que la playa de Mislata es algo que le debemos a ellos. Es mi preferida, sin duda.
De la Valencia del pasado echo de menos, sobre todo, el canódromo de la Avenida del Puerto. De niño pensaba que el canódromo era en realidad el campo del antiguo Levante FC, con su tribuna de uralita y su viejo aroma de reliquia amortizada. Si lo piensas un poco tiene sentido. La ciudad y los perros, como aquella novela de Vargas Llosa.
3-Si te dieran la opción de cambiar el éxito de Noruega por una Champions para el Valencia, en qué lugar de Europa te gustaría que el Valencia se proclamara campeón?
En el Javier Marquina de Castellón. Por poder ir en la vespa, básicamente.
4-Qué ganaste y qué perdiste con el destierro de tu familia a Gorgos?.
Gané perspectiva y mirada. Perdí el duende y el arraigo.
5-A quién le debe más tu forma de escribir, a Joan Marsé o a Miguel Induráin?
Creo que soy más deudor de Perico Delgado. Tengo la sensación de llegar tarde a casi todo. De hecho, el último tour que recuerdo haber seguido es el de 1989, cuando Perico no se vistió de amarillo porque llegó tarde a la salida de una contrarreloj y perdió unos segundos decisivos.
6-Cuál es tu personaje “secundario” favorito de Noruega?.
Lahuerta, por supuesto. Es el nexo con Albert Sanchis. Si no fuera por Lahuerta no hubiéramos conocido a Sanchis. Y tiene mucho mérito que teniendo la opción de limpiar su imagen permita que el propio Sanchis lo zarandee en varias ocasiones.
7-Crees que los políticos de la ciudad han interpretado literalmente lo de recuperar la Valencia perdida y es el motivo por el que el centro de la ciudad está lleno de obras por todas partes?. Lo interpretas como un homenaje a tu libro?
El dragado para la reconstrucción de la playa del Mercado es lento pero quedará muy bien. Ya está más cerca el día en que desde los escalones de La Lonja podamos mojarnos los pies como si estuviéramos en la plaza del Comercio de Lisboa. Le ofrecí en su momento el proyecto a Rita Barberá pero lo desestimó porque no tenía ningún bañador rojo y el caloret de agosto le rizaba el pelo. Grezzi en cambio lo vio a la primera. O quizá fuera Joaquín Reyes, ya no sé.
8-Escribes para resucitar ausencias?
Escribo para no imponer mi presencia a nadie. No me gusta molestar. Es una forma de compensar. Detesto a los plastas. Si la gente me lee es su elección. En cambio, el plasta se te impone. Las ausencias son siempre ausencias, pero con la escritura uno alimenta cierta ilusión de inmortalidad; ilusoria, por supuesto. Pero escribir es una gran terapia. Fundamentalmente si no hay expectativas. Yo siempre recomiendo escribir todos los días, pero sin expectativas. Las expectativas generan frustración y la escritura es todo lo contrario. La escritura es placer y autoconocimiento.
9-Estás hasta los huevos de que en las entrevistas que te hacen siempre salga a relucir tu valencianismo militante?.
Alguna vez la grada de Mestalla te ha preguntado por tu afición a la literatura?
En la última fila de Mestalla pasan cosas muy raras. En los partidos nocturnos de copa me visitan personajes como Gallolo o Pablo Puga que forman parte del imaginario selecto de Mestalla. Gallolo es un gran conversador. La tertulia alcanza cotas insospechadas. Sobre todo cuando Gallolo ejecuta su muletilla más recurrente: ¿con la boca o con la mano, Lahuerta?
10-Elena fue para Albert lo que para nosotros, los valencianistas, la muerte de Peris?
Hablar de Peris es hablar de un insustituible. Muchas veces se dice que nadie lo es, hasta que descubres que hay hombres que sí lo son. Peris era insustituible porque atesoraba todas las virtudes que el Valencia CF necesitaba para consolidarse en la élite en el momento exacto. Con él, y eso lo sabe todo el mundo, la historia hubiera sido distinta y probablemente mucho mejor.
11-Crees que la traducción de Noruega al austro-húngaro le haría perder fuerza o potencial?
La traducción al austro-húngaro está a la espera de que haya un traductor capaz de traducir correctamente «Mos pares». No es fácil. Igual Mestallidos, cónsul del Imperio Austro Húngaro en Benimaclet nos puede ayudar…
Tanto la Balada del Bar Torino como Noruega, están editados en @DrassanaLlibres