«QUE CANTEN LOS NIÑOS»
Hace unos días corrió por las redes el rumor de que el ilustre conquense universal, Jose Luis Perales, había muerto. Los mensajes de pésame se alternaron con aquellos que ensalzaban su obra, lo típico de este país cuando alguien palma. Fue él mismo quien a través de un video salió a desmentir el bulo. No llevaba camisa ni pantalón vaquero por lo que en el lenguaje no verbal interpretamos que su intención de momento es no marcharse, con la venia de los cibernautas que controlan el mundo, por supuesto.
Anoche en Sevilla, los niños del Valencia que las circunstancias están empujando a que maduren precipitadamente y posiblemente contra natura, también se encargaron de desmentir otro bulo, el de que el equipo está mortimer. Que los protagonistas sean tan jóvenes es una párvula novedad, pero no esa peculiar y vieja costumbre que tenemos desde hace más de cien años que consiste en que cuando nos dan por muertos nos gusta resucitar. Además no pedimos permiso para ello, lo hacemos así, sin avisar.
Es hasta el momento el gran éxito del Pipo, ya lo fue la temporada pasada: Poner en valor y gritar a los cuatro vientos aquella frase con nombre de canción de Perales: «Que canten los niños».
Frente a los constantes bulos de Meriton y sus Local Teleñecos, comenzamos la temporada con una ráfaga de viento reconfortante repleto de dignidad y orgullo. Es imposible que su intensidad sea suficiente para que el velero llegue a buen puerto. La tripulación es muy noble pero también limitada. Su combustible de honradez no será suficiente para tanto trayecto y el timón sigue estando en manos de un loco.
Pero hoy toca alegría, presumir del ADN de Paterna y levantar el dedo corazón extendido señalando hacia Singapur mientras escupimos al viento la vieja consigna punk:
Perales is not dead!
«Que canten los niños, por esos que han apagado su voz, en ellos está la verdad»
Amunt ChesPistols y Perales!
Amunt Valencia!
Lim Go Home!!