Si Mestalla es un pueblo, su destrucción un genocidio.

Desde la llegada de Meriton estamos asistiendo a un lento y progresivo genocidio al que ya no deben quedar muchos capítulos para que se consume en su totalidad.

Nada, absolutamente nada de lo que hasta ahora hemos hecho para intentar remediarlo ha servido. Así comienza una nueva temporada, con el club desangrado y una afición agotada. Esta temporada es la segunda parte de la pasada, continúa desde el punto en que la dejamos, al borde del abismo. Estamos incluso peor porque el problema persiste agravándose y seguimos sin solución.

A Meriton solo conseguirá echarlo lo mismo que aquí lo trajo: el dinero. Puede además pedir el rescate que quiera, no le valen esos argumentos de valor de mercado o precio justo. El chantaje emocional lo cuantificará Peter Lim en las cifras que quiera, asumámoslo. Ellos ya se han llevado todo crudo, no les importa absolutamente nada el concesionario en que han convertido el Valencia, lo suyo es el trapicheo de compra-venta. El Valencia es solo su escaparate, les da igual que por ejemplo Mestalla se esté cayendo a trozos o que el valor de la plantilla sea cada vez menor. Con comprar y vender tres o cuatro jugadores cada temporada hacen caja y rentabilizan su verdadero negocio. El resto es parte del inmueble, economía de mínimos para mantener su negocio tapadera.

Socialmente ya hemos movido ficha en varias ocasiones y hemos cumplido, pero no es suficiente, ni mucho menos. Nos vale como terapia de grupo para demostrar a la sociedad e incluso a nosotros mismos que aquí estamos, arrimando el hombro. Pero hay que admitirlo, no es suficiente si no va acompañado de contundencia política y financiera pero por desgracia pasa el tiempo y todo son palabras, comunicados, intenciones, etc. Hechos ninguno y el tic-tac del reloj no se detiene.

Ahora mismo el club es un organigrama al servicio de la dictadura de Meriton, cuyo objetivo es continuar exprimiendo nuestro Valencia hasta su última gota de sangre y eliminar a todos los disidentes que se encuentre en el camino. Ya lo hemos comprobado: censura, expulsiones, chantajes, compra de voluntades, uso de escudos humanos, etc.

Ha pasado ya tiempo suficiente para sacar algunas conclusiones que en algunos casos son durísimas por lo que suponen de decepción:

-Meriton ya solo engaña al que se quiere dejar engañar. El discurso de «me engañaron» ya no cuela. Mentiras y Meriton van de la mano.

-Cualquier trabajador del club, sea valenciano o de fuera, forma parte de un organigrama al servicio de la dictadura de Meriton y el genocidio del Valencia. Es duro decirlo pero es así. Ni Local Management ni otros engaños. Si estás y callas, eres parte. Así de triste y duro. En algunos casos supone una enorme decepción pero allá ellos.

-En la plantilla han habido muchos jugadores indignos que han vivido muy bien con el foco centrado en Meriton. Ellos precisamente son fruto de su pésima gestión, en un Valencia normalito nunca hubieran llegado aquí. Son además jugadores que pueden contaminar lo poco bueno que nos ha sucedido estos años, la irrupción de jóvenes con sentimiento valencianista y compromiso. Hay que señalar e intentar extinguir estos focos de contaminación, tienen nombre y apellidos. Son la ramificación de Meriton en la plantilla.

-Si con la gravedad de todo lo que ha acontecido estos últimos años estamos igual o peor, probablemente tengamos lo que merecemos.

Así comienza la temporada, es lo que hay y tiene pinta que así va a continuar siendo hasta que se consume el genocidio del pueblo de Mestalla.

Será duro vivir pensando si hicimos lo suficiente. Probablemente no.

Perdonad la tristeza.

@Mestallidos, Tendido 7 de Mestalla.

#Imperio Cheaustrohúngaro.

 

 

 

 

 

 

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