He acompañado a nuestro Valencia en todas las finales que ha disputado desde 1995. Lo del sábado en Sevilla no lo había visto antes, ni en Champions, ni en UEFA, ni en ninguna otra. Fue una auténtica  locura. Desde primeras horas del sábado hasta el comienzo del partido, no pasaron 5 minutos en Sevilla sin que sonara una traca. La ciudad fue completamente nuestra.

Ya en La Cartuja, y pese al desgaste que llevábamos, una hora antes del partido ya comenzamos a demostrar que pese a ser inferioridad numérica en las gradas por culpa de los ineptos que tienen secuestrado nuestro club y que nos pretenden alejar de él, nos íbamos a multiplicar por mil para llevar a nuestro equipo en volandas.

El sábado 23 de abril de 2022 pasará a nuestra historia como algo más que una final de Copa porque fue mucho más que eso. Fue una ceremonia de reivindicación, de gritar al mundo y a nosotros mismos que estamos vivos, que no vamos a dejar que la historia de amor y pasión que nació en 1919 tenga final en manos de unos sátrapas que no tienen ni idea ni quieren tenerla, de lo que el Valencia significa.

Cada uno de los que allí nos dimos cita bajamos al barro, en algunos casos literalmente, para tirar de nuestro equipo todo el tiempo que hizo falta. Y volveremos a hacerlo muchas veces más si fuera necesario.

Fue un día (y noche) de valencianismo sincero, pirotécnico y desmesurado. Una demostración de militancia activa y de músculo social a la altura del partido de Leyendas y la Marcha del Centenario, actos en los que demostramos que somos la sociedad civil valenciana más importante que existe en la Comunidad.

Ya va siendo hora de que los políticos, empresarios y demás agentes sociales muevan ficha para estar a la altura. La afición, como hicimos en la Final, pondremos nuestro plus de pasión pero de momento no nos llega para confeccionar plantillas y proyectos estables acordes a más de cien años de historia. Proyectos en los que el Valencia sea el fin y no un medio para otros intereses totalmente ajenos como sucede actualmente.

Se nos ha escapado la primera oportunidad de tocar metal en esta nueva década y con el panorama actual se hará muy complicado cumplir con el protocolo histórico al que tantas generaciones de futbolistas y aficionados han contribuido.

Muevan, movamos ficha ya, recuperemos nuestro club. Con valentía. Los que estén dispuestos a dar el paso, como nuestro Valencia ayer, no estarán solos.

Díganme, hoy en día  y con la que está cayendo, ¿qué o quién es capaz de movilizar y desatar la pasión que se generó el pasado sábado en Sevilla?. Nada ni nadie, solo nuestro Valencia Club de Fútbol, bendita locura.

 

Amunt Valencia!

Meriton Go Home!!!

 

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies